Desde la esquina
Los niños, a la calle
Por Raymundo León
Hay en Xalapa un caso de desalojo singular. En él intervienen Raziel Vela Ycezaga, coordinador de Valores Cívicos y Culturales de la Secretaría de Gobierno, y Anahí Chávez Trujillo, directora del Teatro del Estado. Los mencionados son, aseguran, funcionarios menores que actúan a su libre albedrío sin importar si afectan la imagen del secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán, o incluso del gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares.
Pero hay quienes afirman que en el caso interviene un tercer personaje, Ángel Ciro Silvestre García, director de los ballets Folclórico de la Universidad Veracruzana y Folclórico de la Escuela Industrial Concepción Quiroz Pérez, a quien identifican como muy cercano de Raziel Vega.
El viernes 5 de mayo se supo que los dos funcionarios estatales echaron del Teatro del Estado a los ballets Internacional del Estado de Veracruz y Folclórico del Gobierno del Estado de Veracruz, que dirigen los maestros Hugo y Xavier Licona Huerta. Los echaron de ese espacio después de 20 años de ocuparlo y de representar a Veracruz en varios festivales nacionales.
La acción tenía planeada otro objetivo: quedarse con el vestuario que a lo largo de 20 años los padres de familia han comprado por medio de diversas actividades. El argumento de los funcionarios fue simple: si el vestuario estaba dentro del Teatro del Estado y los padres de niños y jóvenes no tenían facturas comprobatorias, entonces pertenecía al Teatro. Después se supo que quien en realidad quería quedarse con todo es Ángel Ciro Silvestre García, quien, aseguran, fue ratificado en la dirección del Ballet Folkclórico de la UV mediante un proceso amañado por parte de la rectora Sara Ladrón de Guevara.
El hecho de sacar a dos grupos artísticos del Teatro del Estado, espacio que han ocupado por años, es preocupante porque en ese espacio se han desarrollado niños y jóvenes y desde ese espacio han representado con éxito al estado. Es preocupante porque se les deja sin un espacio dónde ensayar y dónde planear sus actuaciones. Literalmente, una institución gubernamental, por años respetuosa de las formas, echa a la calle a un grupo de niños y jóvenes sin importarle su suerte.
Padres de familia informan que hay intenciones de ceder los espacios desocupados a los favoritos de los dos funcionarios estatales y del director del Ballet Folclórico de la UV. Otra mala imagen para Veracruz, para la administración estatal, se ocasionaría si lo sucedido el 5 de mayo y días siguientes trasciende a nivel nacional e internacional, si las acciones del coordinador de Valores Cívicos y Culturales de la Secretaría de Gobierno y de la directora del Teatro del Estado llegan, como ya informaron los padres de familia, ante las comisiones estatal y nacional de Derechos Humanos, o incluso a las oficinas de la Asociación Mundial de Artes Escénicas (WAPA, por sus siglas en inglés), en Moscú, y del Consejo Internacional de la Danza (CID) de la UNESCO, en París.
Raziel Vela Ycezaga y Anahí Chávez Trujillo han actuado sin anteponer los derechos de los niños, su desarrollo artístico, y sólo escuchando los consejos de quien, aseguran, “tiene muchos años molestando a los niños y a los jóvenes creyendo que es dueño de los espacios que ocupan en el Teatro del Estado”. Pero han actuado peor amenazando tanto a padres de familia, a niños y jóvenes como a sus maestros.
Los padres de familia afirman que “en esta época de descomposición social, crisis económica y falta de apoyo para la formación de niños y jóvenes, los inmuebles del estado deben utilizarse para la formación de las nuevas generaciones, pero que para ello se requiere voluntad y respaldo de buenos servidores públicos comprometidos con la sociedad para evitar que niños y jóvenes tomen el camino de las adicciones y la delincuencia”.
A Ángel Ciro Silvestre García le reconocen que ha sido creador y director de diferentes ballets folklóricos en diversas escuelas de Xalapa, con los cuales se ha hecho merecedor a premios y reconocimientos a nivel local, nacional e internacional, pero que ello no le da derecho a participar de una acción que despoja a niños y jóvenes de su espacio de ensayo. Hay quienes ya preparan denuncias públicas en su contra.