Lumpen política

Sin el menor asomo de respeto a la inteligencia de los veracruzanos, gobierno, partidos políticos y medios de comunicación afines, reducen el quehacer político a un pedestre ejercicio de intercambio de dimes y diretes, chismes y especulaciones sin sustento, privándole de propósitos, objetivos y tareas trascendentes. Haciendo prevalecer el interés coyuntural de una minoría social por sobre el interés común de una sociedad lastimada, ofendida, harta de más de lo mismo, sin rumbo claro ni timonel, que día con día acusa mayor deterioro lo mismo en su percepción de inseguridad que en sus perspectivas de bienestar y sana convivencia entre diferentes.
Los obligados a dar seguridad, certeza y expectativas de progreso, han reducido a la vida política de la entidad a un lastimero, enfermo y larvario estado de cosas, en el que la nota dominante de cada día está llamada a profundizar más y más en el estercolero antes que el intentar buscar una salida medianamente racional a la crisis que tiene postrado a Veracruz.
Empero, la lumpen política no es privativa de la entidad jarocha. El país entero transita por el mismo empantanado detritus fruto de la corrupción, pérdida de rumbo y ausencia de un timonel con hechura de estadista. El bien común sometido a los intereses malsanos de pandillas sin escrúpulos. Reflejando, insisto por enésima vez, el punto de quiebre de un régimen obsoleto con fecha de caducidad vencida que se hace acompañar de un modelo económico y social agotado.
Perdidas las formas, pero sobre todo el mínimo respeto a la ciudadanía, el cinismo, descaro, simulación y corrupción en todas sus manifestaciones de la llamada clase política, se impone por sobre la razón de Estado. Correspondiéndole a la sociedad en su conjunto el pagar los platos rotos en tanto que la minoría favorecida con la lumpen política a modo, no teniendo llenadera se despacha a su antojo con la cuchara grande.
Para infortunio de las mayorías, empobrecidas material y moralmente, estas se niegan a ver más allá de su ombligo. Guardando silencio cómplice o siguiéndole el juego lo mismo a la llamada clase política, que a los medios de comunicación afines cuyo interés último es hacer negocio con el morbo popular, fruto de la ignorancia o el valemadrismo cuidadosamente sembrados en la sociedad por la misma lumpen política del régimen caduco.
Y es en este marco referencial en el que se ubican los procesos electorales del 2017 y 2018. Mientras la llamada clase política y medios de comunicación afines hace su agosto hurgando como distractor entre su propio estercolero, las mayorías, salvo contadas excepciones en resistencia, se aprestan a sufragar validando con su voto la supervivencia de un régimen que ya les es ajeno. ¿Hasta cuándo?
Hojas que se lleva el viento
El que tenga limpia la cola, con autoridad política y moral que lapide la casa del vecino, caso contrario calladito se vería más bonito. ¿O no es así gobernador Yunes Linares?
La deshonestidad intelectual también es corrupción.
Cd. Caucel, Yucatán, abril 26 de 2017
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