LAS LLAMADAS CHAFAS

*Los Tiburones Rojos mejoran. Aunque les lograron alcanzar y empatar al final, el equipo se vio bien de la mano del Ojitos Meza. Qué sea para bien. Camelot.

LAS LLAMADAS CHAFAS

 

Uno suele vivir pegado a los teléfonos, pero esta vida está arruinada ahora por las llamadas misteriosas, cuando no es un rufián tratando de extorsionarte, son esos canijos funcionarios de los bancos que ahora te ofrecen tarjetas al por mayor, como si no vieran la tempestad y no se hincan. Suelo bloquear esos números, pero se ve que tienen chorrocientos mil, porque entran por otros. Igual en mis correos electrónicos, donde una fulana me manda un aviso que me he ganado 980 mil euros y que mande mis datos. Si me ganara esos euros ya no me verían el polvo por aquí, andaría como romero buscando a Dios, de pata de perro, como lo hago ahora en viernes rumbo a Xalapa, con el dentista de Hollywood, Francisco Javier Zamudio, de la calle Huatusco casi esquina Orizaba. Vi a la entrada la famosa escultura de Sebastián, llamada Araucaria, hecha en tiempos del gobernador Fidel Herrera Beltrán. Ahora hice mi periplo de pisa y corre, me urgía llegar a Veracruz y saludar a mi hermano Enrique. Antes, en la mañana tomar la mugre autopista de Capufe, porque aquí nos tocó vivir. Envío al secretario Javier Jiménez Espriú, cada vez que la recorro, que esta semana fueron tres veces, un mensaje en Twiter donde le digo que debían avergonzarse él y los de Capufe del mal y lento servicio que tienen. La caseta de Cuitláhuac, yendo de Córdoba a Veracruz, tiene demora de una hora, estos burros del gobierno, se incluye a Peña Nieto, cuando programaron los esquemas de cobro, no pensaron que hubiera tantos tráileres doble caja, si en aquella época eran mil ahora son 10 mil y la solución es fácil, poner cuatro casetas de cobro mas, dos de cada lado, y se acaba el problema, el asunto es que la 4T llegó bailando rica-cha y apretó los controles y con eso de la austeridad, quitaron el trabajo a la gente que cobraba en las casetas de cobro volantas, porque, según AMLO, no hay dinero. Ay como es cruel la incertidumbre, que problema de estos nuevos funcionarios que son como los anteriores, inútiles.

 

EN XALAPA GARNACHAS Y GALLETAS

 

Quitando ese sobresalto, que controlo yéndome por la carretera federal a Tinaja, que la tiene el de SIOP del estado igual de jodida, en Xalapa fui por los dulces de pepita o jamoncillo de las monjas Adoratrices del Santísimo Sacramento, únicos y exquisitos, en 20 de noviembre 150. De allí a Rinconada, un pueblo que huele a garnacha, como huele Aguilar de Campoo en la tierra Palentina, en Palencia, tierra de mi suegro, don Juan Diez Alonso, que en paz descanse, cuando vas bajando a esa zona huele a galleta, pues elaboran la afamada Gullón, galleta que ya se vende aquí en México, dicen que fueron los inventores de la galleta María, cosa de investigarse. Lo cierto es que es un negocio familiar desde 1892. Vende 340 millones de euros en 100 países, con 1400 empleados. Un orgullo de España. Con doña Anita, que no es la huerfanita, me puse a ayudarle en mi hacer de garnachas, que normalmente son para llevar y saben mucho mejor al otro día en un recalentado con los frijolitos aguados, una delicia que ni el Rey de España come, le entré al comal lleno de aceite y en menos que canta un gallo, listas. Bordeé Cardel, ahora no fui por los mejores chocomiles del mundo, en La Bendición, pasé de largo, por la mañana cayó una buena lluvia sobre el tramo recorrido, dura, pegaba de lleno en el parabrisas y había que aminorar la velocidad y andar a las vivas, al agua que llueve en el camino siempre hay que respetarla, a menos que se vaya a caballo y con peroles, como hacían los viejos lecheros de nuestros pueblos, a quienes la lecha Lala y los súper acabaron extinguiendo, eran clásicas aquellas escenas con su impermeable y sombrero tapándose de la lluvia, porque había que entregar la lecha casa por casa, cuando llovía aprovechaban y abrían un poco los peroles para purificar la leche bruta con un poco de agua bendita de lluvia, y así que la ganancia aumentara. Historias de nuestros pueblos cuenqueños. Entrar a Veracruz y encontrarlo caluroso, por la zona de la nueva terminal portuaria, ver los barcos enfilados para cargar o descargar, y ver que Boca del Rio y Veracruz, dos ciudades que son como hermanas, ahí van recibiendo ahora a muchos turistas que se ven en nuestras playas que no tienen sargazo, a Dios gracias; en los lados, entre los arenales, los autos estacionados y la restaurantería a toda velocidad ofertando a los turistas la mejor comida del mundo, la veracruzana.

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