ENCONTRE A UN PAISANO (TIERRA BLANCA)

*Un viajero sin capacidad de observación es como un pájaro sin alas. Camelot.

 

ENCONTRE A UN PAISANO (TIERRA BLANCA)

 

En esta isla hawaiana es difícil encontrar a alguien que hable español. Pocos, todos en el inglés del turismo avasallador, con la gran influencia de Los Ángeles, en California, que aunque está a cinco horas de vuelo de allá llegan muchísimos turistas. Suelo levantarme temprano, veo el amanecer y tiro unas fotos que comparto en Facebook. Le gano a la hora de México, con diferencia en huso horario de 5 horas. Mi primera vista cuando no sale el sol aun, es el mar del Pacifico, quieto a estas horas, por la tarde noche, cuando la marea sube, se escucha el tronido de las olas. Varias barcazas aparcan allí, o amaran, se ve que duermen como los mariscos que anoche durmieron en el mar, y Mateo, en Orizaba, se los servía a su paladar. Me baño y salgo al desayuno frugal, no mucho para aguantar bien el paso y evitar gastritis y colitis. Llego a donde están los capitanes acomodadores de mesa, piden el número de cuarto y pa adentro. Pedí alguien que hablara español y apareció un claro de piel que dijo llamarse Jesús. A poco rato, cuando me llevó a mi sitio le pregunté de dónde era, porque que hablaba muy bien español. “Soy de Ixtapa, Zihuatanejo, pero me crié en Ciudad de México”, dijo, y comentó que hace unos 11 años se vino de Los Ángeles a hacer el Hawai, que debe ser otro sueño americano. Cuando escuchó que éramos de Veracruz, mencionó la parte donde su familia había nacido, ¿de dónde creen que salió el buen Jesús? ¡De Tierra Blanca! Una vez a Rico, el amigo que no es rico y a quien esto escribe, en la Aduana de Migración de Mc Allen nos salió un paisano del pueblo de Tierra Blanca, Rico, que aun conoce a mucha gente de allí le mencionó familias y heráldicas y nos dejó pasar en chinga. Jesús Garibay se llama este capitán en la hotelería de Hawai, su padre era Manuel Virgen, comentó que tenían rancho en Tierra Blanca, y como muchos de los que vienen de allá, me dijo con sentimiento que a México no regresa, es un país donde hay mucha maldad y matan, y da mucho miedo, me quedé sin palabras, porque le asiste la razón. Nos despedimos con una foto que exhibo en mi Facebook y a darle a buscar playa.

 

LA PIÑA DE LOMA BONITA

 

Paso el lobby y lo primero que veo es su piña. Es famosa la de Hawai, como la de Loma Bonita en Oaxaca, la ciudad de las tres mentiras, porque no está situada en una loma, ni es bonita y menos de Oaxaca, los pobladores se sienten veracruzanos. Es como aquella Santillana del Mar, en la Cantabria, también con sus tres mentiras: porque ni es santa ni llana y ni tiene mar. Recuerdo a Loma Bonita, cuando ahí íbamos a un businees que teníamos, en tiempos de Echeverría el presidente le mandó a hacer, visionario tal cual, un aeropuerto o al menos una pista internacional. No pensaba mal el presidente, entre sus locuras atinaba una que otra, como formar y crear Cancún, que es una joya mundial. Decía Echeverría que allí iban a salir los aviones cargados de piña para vender al extranjero, exportar, pues. Pero sucede que la maldad se apoderó de esas pistas y los narcos la comenzaron a utilizar para llevar, en lugar de piñas, droga a Estados Unidos y el presidente se enojó y mandó al Ejercito y a las pistas entró una moto conformadora  Caterpillar a romperlas, quebrarlas en dos porque los narcos comenzaban su idilio de volar, ahí venia ya el Señor de los Cielos y tantos famosos de aquel tiempo.

 

A LA DISTANCIA

 

Escribo estas líneas cómo puedo, o en las mañanas o tarde noche. A 6 mil y pico de kilómetros de Veracruz a Hawai, en línea recta, me dice el Google. Se va el día rápido, por la mañana alberca y playa, ver a los surfistas, hay todo tipo de servicios, desde los helicópteros que te llevan a una vuelta a las alturas, hasta los autobuses turísticos y los barcos donde se admira su Bahía. Es buena bahía, pero ver la bahía de Nueva York de noche o de día, es algo que no iguala ningún país, por muy bellas que tengan sus playas. No hay escolleras, aquí las playas se formaron porque Dios y la Madre Naturaleza los dotó de todas estas bellezas. Las palmas de coco, los servicios de la gente del turismo, los buenos restaurantes al pie de la playa, un Centro comercial cercano, a pie, para los que gustan del shopping. Aprovecho y veo todo, me queda ir al show de las bailarinas hawaianas, verlas como se contonean cono ese baile de hula hula, donde mueven la cintura mejor que nuestra Olga Breeskin en sus buenos tiempos de violín, y preparo el regreso a casa, un vuelo a Los Ángeles, luego carretera por tierra a San Diego y tomar el vuelo de Volaris de Tijuana a Veracruz, directo en 3 horas y media. Falta menos, en un par de días espero oler el mar del golfo de mi bello Vearcruz.

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