Semejante a cuanto le ocurre a un enfermo internado en terapia intensiva y le sobreviene una crisis cardiaca, sucede con el Partido Revolucionario Institucional, al que, después del tremendo nocaut propinado por Morena, le surge severa crisis interna cuando está en pleno proceso para renovar su dirigencia nacional. Todavía en el programa dominical “la Silla Roja”, de El Financiero-Bloomberg, el doctor José Narro se mostró convencido de la recuperación priista cuya dirigencia nacional buscaba. Pero algo de mucho peso habrá sucedido porque ayer presentó su renuncia al PRI, alegando simulación e intromisión del gobierno en el proceso en apoyo al gobernador con licencia de Campeche, Alejandro Hernández. En circunstancias semejantes, suele suceder que, si sobrevive, el enfermo sufre severas secuelas, y en el caso del PRI su debilidad lo convertiría en un partido de formato aliancista. Pronto lo veremos.
