Veracruz ya cambió

CAMALEÓN

Veracruz ya cambió

Se acercaba ya el momento de decidir la candidatura priista al gobierno de Veracruz, en el ambiente político bullía la incertidumbre sobre potencialmente quién sería el sucesor de Duarte de Ochoa: José Yunes Zorrilla, Héctor Yunes Landa, elementos ambos muy relevantes en la nomenklatura priista, o Alberto Silva Ramos el preferido del gobernador en turno, quien, además, presumía de su amistad con el presidente Peña Nieto y por esa coyuntura hacía correr el comentario que estaba a cargo de la candidatura de su partido al gobierno estatal.

Desde la cúpula del poder estatal el diseño de la estrategia incluía, por supuesto, una estrecha cercanía con los medios de comunicación, en esa agenda estuvo la comida del 30 de noviembre de 2015 con columnistas, organizada por Alberto Silva Ramos, presidente estatal del PRI. Allí “llegó” Duarte de Ochoa, quien pletórico de optimismo político se autoerigió como el “dedo” mayor del PRI: “En el tema de la sucesión (el presidente Peña Nieto) me dijo: Javier, nunca me has fallado, pero esta es la decisión más importante de tu vida, no te puedes equivocar, con lo cual me está dando la gran responsabilidad”. Fincaba su presunción en que, según él, “El Presidente me tiene una estima que la siento en los hechos. Nunca he tenido un no del Presidente. Todo lo que le he pedido siempre me ha dicho que sí”, así lo narra en su columna del 1 de diciembre Arturo Reyes Isidoro. Incluso deslizó que Pepe Yunes estaba “muy por encima de cualquier otro”.

De Héctor Yunes explicó aquella entrega de la caña de pescar porque “me desesperó, me llenó el vaso”, y le pidió le bajara dos rallitas a su discurso (de Héctor) en el que “madreaba al gobernador”, y negó la frase de “cualquiera menos Héctor”, que radio bemba le atribuía. Todo dicho ante la “otra opción”, Silva Ramos.

Días después, el presidente del PRI convocó a una treintena de comunicadores integrantes de la Asociación de Comunicadores de Veracruz “Froilán Flores Cancela (ACOVER), que encabeza José Valencia, a una comida celebrada en Casa Veracruz, allí también llegó el gobernador Duarte de Ochoa, con singular alarde les expresó: “tengo tanto control en la legislatura que si lo deseara podría cambiarle el nombre a Veracruz”, así de fácil, de ese tamaño era la distancia que Duarte de Ochoa había despegado del piso, al final del quinto año de su gobierno, pese a que desde la Auditoría Superior de la Federación se escuchaban voces de alarma por el destino del recurso público, pero parecía no importarle porque había adoptado un nuevo sonsonete: “Veracruz ya cambió”, tal que fue el iterativo sonsonete de su quinto informe de gobierno.

El domingo 15 de diciembre de 2015 Duarte de Ochoa presentó su V informe de gobierno ante la legislatura local, un documento pleno de señales de la capacidad retórica e histriónica del gobernador, quien sin rubor alguno reiteró con inaudita frecuencia el “hoy Veracruz ya cambió”, ante el representante presidencial Aurelio Niñez, de Joaquín Ernesto, secretario técnico del Consejo Político Nacional del PRI, los gobernadores de Chiapas, Manuel Velasco; de Puebla, Rafael Moreno Valle; de Yucatán, Rolando Rodrigo Zapata Bello y el de Quintana Roo, Roberto Borge, destacaron las ausencias de los senadores priistas José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, a quien le hicieron la grosería de no asignarle lugar que le correspondía y decidió salir del recinto acompañado por la solidaridad de Yunes Zorrilla.

Duarte habló de la Deuda Pública, era el tema recurrente en la agenda ciudadana, se contrata, dijo, “porque Veracruz se moderniza como nunca, ¡hoy Veracruz ya cambió!“, esa deuda ascendía a “44 mil 470.8 millones de pesos, que incluye al Estado y a los municipios”, el uso de la Deuda “ha sido reconocido por especialistas, analistas, así como las calificadoras nacionales e internacionales más prestigiadas.  “Afortunadamente para los veracruzanos, vamos adelante por el camino correcto. Con más recursos, un manejo responsable y buenos resultados como los que hemos venido dando, ¡Veracruz ya cambió!”  “Hoy Veracruz es fuerte moderno, dinámico, ¡hoy Veracruz ya cambió!. Las obras y acciones hablan de un Veracruz vigoroso, sólido y con dirección en todos sus ámbitos, lo mismo en el aspecto político y económico que en el social. “Veracruz cambió porque sigue sumando nuevas inversiones, porque es el mejor aliado de los negocios y genera confianza, ¡Veracruz cambió! porque decidimos hacer frente a la diversidad con una economía que genera ingresos y abre oportunidades a quienes desean emprender un negocio… ¡Veracruz cambió! porque se preparó para recibir los beneficios de una industria energética que reactive y detone el desarrollo de todas las regiones y abra nuevas oportunidades para que la gente prospere. ¡Veracruz cambió! porque le ha apostado a sus vías de comunicación para alcanzar un crecimiento justo y equilibrado de sus regiones a partir de la movilidad. Cambió porque consolidaron a Veracruz como un eje estratégico que une al norte con el sur del país y es la puerta de entrada y diversificación de sus productos al mundo. Hoy existe una infraestructura moderna que gozan las familias veracruzanas y quienes vienen de visita, hay centros comerciales, negocios, hoteles, empresas de clase mundial, infraestructura social, centros deportivos y de esparcimiento son una constante a lo largo de todo el estado, caminos seguros y de alta especificación que hasta hace poco se podían contar con las manos ahora se extienden a lo largo de la geografía veracruzana. ¡Veracruz cambió! porque ahora se atiende oportunamente con servicios de salud a más personas, la mortalidad que antes era vista como algo normal ahora es una excepción…” Sic, más sic y resic.

He aquí porqué la capacidad de asombro del ser humano es infinita, acaso tendríamos que concluir que forma parte de la naturaleza humana. También, en el caso específico de Duarte de Ochoa que, además de elevadas dotes de histrionismo también mostró visos de agorero, porque su rimbombante frase de Veracruz ya cambió, despojada de la intención original de engaño y simulación, encerraba la profecía: habría una alternancia partidista en 2016, primero con el PAN, y en 2018 con Morena. Pero, en realidad, ¿Veracruz ya cambió?

alfredobielmav@hotmail.com

5- junio- 2019