AH QUE BUENA MEDICINA

ACERTIJOS

Gilberto Haaz Diez

 

*De Dostoievski: “Hasta una risa inteligente suele resultar repulsiva; la risa necesita ante todo sinceridad”. Camelot

 

AH QUE BUENA MEDICINA

 

Los políticos suelen tirar sus ‘chistoretes’, algunos tienen una poca de gracia y otra cosita, y les salen bien. Otros, ni aunque vayan a un curso de simpatía o buen decir, no les salen. La idea de tirar una nota, como la que tiró el gobernador Cuitláhuac a Yunes, sobre la Vitacilina, ah que buena medicina, era quizá sacar la risa de los presentes, que no eran más que periodistas. Le fue regular, le tiraron memes, unos a favor y otros en contra. De la risa, escribió Raúl del Pozo: “Dijeron los filósofos que la risa es la gloria que nace de nuestra superioridad. El hombre es el único mono que ríe. Se plantea este asunto en la novela El nombre de la rosa de Umberto Eco. En ella, el monje Guillermo de Baskerville defiende que la carcajada es liberadora, una fuerza que nos obliga a mirar las cosas mejor y de otra manera. Al contrario, Jorge de Burgos, responde que la risa es la debilidad, la corrupción, la insipidez de la carne. Es la distracción del campesino, la licencia del borracho… Pero reírse de los disparates de los políticos es un derecho, una compensación a la indignación que nos suelen provocar”.

 

AQUELLAS RISAS

 

De risas, fue el comentario ancestral de Camilo José Cela, cuando era senador en España, antes de ser Nobel. Sucede que en el Senado se debatía un proyecto de la Constitución, y a Cela le dio hueva y se echó una pestañita, se durmió, pues.

El presidente grita que Cela está dormido.

Cela pega el brinco y le dice a ese presidente que no está dormido, que está durmiendo.

El otro, que era purista del lenguaje, le replica: ¿No es lo mismo?

No, revira Cela, como no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo.

Todo mundo rió de ese chistorete.

 

RAFA MARQUEZ

 

He escrito algunas ocasiones, que una vez en Barcelona encontré a Rafa Márquez, el gran futbolista mexicano, el segundo mejor después de Hugo Sánchez. Rafa era considerado por propios y extraños uno de los cuatro mejores defensas de Europa. Fui a Barcelona y estando a punto de entrar a la Sagrada Familia, la gran obra de Gaudí, allí me enteré que esa noche jugaba Barcelona contra la Juventus, en un torneo Joan Gamper, nombre de un muy querido presidente de ese club, que ahora anda lágrima tras lágrima tras el descontón en la Champions. Con mi esposa me fui a la taquilla. Encontré dos buenos lugares. Por 65 euros nos acomodamos requetebién, diría AMLO. Ese día corrimos con suerte, debutó el gran Leonel Messi, un chiquillo que pocos conocíamos y ese día puso locos a los rivales. La estrella era Ronaldinho. Por la noche del otro día, al ir a cenar al hotel ART de Barcelona, uno de cinco estrellas, en plena bahía, ahí vi a Márquez con su esposa y una pareja amiga, otro futbolista. Le pedí posara para una foto y se paró amablemente y esa foto aquí ocupa un sitio especial en mi pared de mi orizabeña oficina. Nos acompañó Consuelo, una prima de mi esposa que allá vive hace añísimos. Cuento esto porque a Rafa un mal día le pegó el infortunio, de que los americanos le pusieron una tarjeta amarilla y lo vetaron con su visa y poder estar en ese país y le congelaron sus cuentas porque, sucede que una de las personas que alguna vez donaron algo a su Fundación, cayó como delincuencia organizada. Rafa Márquez ha ido ganando caso tras caso, y va tan bien que le han liberado sus cuentas y, la otra buena nueva, alguna vez conoció al Papa Francisco y le pidió que hiciera un partido homenaje por la Paz y que los fondos fueran para alguna fundación. Rafa escogió que sería para la Fundación por la Paz del Papa Francisco y el juego será el 8 de junio en el estadio del Atlas, y ya invita a Carles Pujol, Ronaldinho, Thierry Henry, Saviola, Jorge Campos, Pardo, Claudio Suarez y como técnico Ricardo Lavolpe. Los boletos desde 275 pesos en internet en la página www.superboletos.com  El juego también servirá como su despedida, un gran jugador mexicano.

 

1994 NETFLIX

 

Netflix anuncia con bombos y platillos, diría un clásico, el estreno el día de hoy de una miniserie de 5 capítulos llamada 1994. La dirige y debe conducir el buen periodista, Diego Enrique Osorno, al cual le he leído buenos libros. Son los años turbulentos de Carlos Salinas y del crimen de Colosio y el EZLN y todo lo que se atravesó en esos años donde los crímenes llegaron. 1994 cuenta con entrevistas y testimonios de personajes determinantes como los hermanos Salinas de Gortari, el subcomandante Galeano, el hijo de Colosio y Diana Laura, Alfonso Durazo, Marcelo Ebrard, y más. Es importante recalcar que el subcomandante Galeano, antes conocido como Marcos, no suele dar entrevistas, y esta fue su primera desde 2006. Debe ser buena serie, veámosla.

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