Eric Cisneros, la torpeza como virtud

Édgar Hernández* / 

¡Esclavo de su lengua amenaza a los periodistas!

No recuerdo quien dijo “El Estado soy yo”, si fue Luis XIV de Francia o Eric Cisneros de Otatitlán.

El caso es que este ingeniero agrónomo –un apolítico resentido, amargoso y sin amigos- traído a Veracruz como gran feudal, dueño y señor de vidas y destinos, con derecho de pernada y patrono del poder, no permite se mueva una hoja del árbol sin su consentimiento.

Menos si es una hoja de papel periódico o una nota, columna, ensayo, articulo de fondo, reportaje, o noticia en redes que vaya en contra de lo que él entiende como “justicia”.

Aquí va a ver un parteaguas que es muy claro, y también va para todos los compañeros que son periodistas, va para todos los veracruzanos, con esto que está pasando hoy en Veracruz, vamos a saber quién está del lado de la justicia, y quién quiere ser cómplice de un pequeño grupo de personas que ni siquiera son veracruzanas”, dijo en sorpresiva revelación que le salió del merito hígado.

La noticia inicial del funcionario en “casual” cafecito en La Parroquia para dar a conocer el avance en las investigaciones contra el Fiscal General, Jorge Winckler y sus presuntas alianzas con el crimen organizado, un nota de ocho que se pierde cuando negro del coraje revienta contra los periodistas a quienes una vez más agrade de forma por demás tosca e impropia.

Hay periodistas que defienden lo indefendible y es un parteaguas para todos, aquí vamos a saber quiénes actúan para un interés propio«, gritó sin responder a qué periodistas se refería pero dejando muy en claro que el mensaje iba dirigido a quienes opinan contra del gobierno.

Con sus afirmaciones de nuevo embarca al mandatario Cuitláhuac García, quien recorre Veracruz y se reúne con todos los sectores de la población, periodistas incluidos, mientras este barbaján vomita odio contra los comunicadores y la misma ciudadanía.

Cisneros, quien desde temprana edad abandonó Veracruz –de hecho ni veracruzano es- se ha hecho de un poder que pareciera lo coloca por encima del gobernador.

Hace y deshace a su libre arbitrio.

Se entromete haciendo a un lado a su jefe el gobernador y se empeña en mostrar la cara fea de un gobierno que busca el camino del diálogo y la concordia.

¿Quién se cree este servidor público para olvidar, por sus güevos, que vivimos en una sociedad organizada en donde hay reglas elementales que deben respetarse en aras de la armonía social?

¿Alguna vez estudiaría historia este voluminoso amigo quien día a día con sus expresiones cava su propia tumba y de paso la de Cuitláhuac?

¿Es que no le dijeron luego de 50 años de estar ausente de su pueblo al que dice pertenecer, que el gremio periodístico sigue reclamando por los 23 compañeros periodistas asesinados ante la indolencia de tres gobiernos, incluido el actual?

Pareciera que no.

Pero nunca es tarde para refrescarle… la memoria y decirle que desde el medioevo las principales guerras y luchas fratricidas se sustentaron en la emancipación de la libre expresión de las ideas, en la libertad de pensamiento, en una democracia plural y participativa en donde el crisol es la libertad de prensa.

Tampoco le han de haber dicho que si bien el emperador Calígula hizo cónsul a su caballo –que no es símil del gobernador y su Secretario de Gobierno- o que Nerón incendió Roma porque decía que era de él, no quieren decir que en Veracruz tengamos regresiones de ese tipo sobre todo después de cuatro invasiones rechazadas de manera heroica por próceres veracruzanos no traídos de Baja California.

En Veracruz nunca habrá un periódico como “El Imparcial” de Porfirio Díaz y sí muchos Flores Magón que defiendan nuestra libertad de prensa a costa de nuestras vidas.

En Veracruz la prensa seguirá siendo fiel centinela del quehacer gubernamental para denunciar rapacerías, nepotismo y corruptelas como ya se observan en el marco de la Cuarta Transformación.

Se equivoca Cisneros si piensa que nos va a hincar.

Y le recomendamos diga a sus empleados que no se afanen tanto por explicarle que es la libertad de prensa. Acuda usted mismo a un tumbaburros y ahí se encontrará con que “La libertad de prensa es la existencia de garantías con las que los ciudadanos tienen el derecho de organizarse para la edición de medios de comunicación cuyos contenidos no estén controlados ni censurados por los poderes del Estado y que toda persona pueda publicar sus ideas libremente y sin censura previa«.

¿Está difícil de entender, verdad?.. Pues ahí le va otra más simple:

Dice Naciones Unidas en sus documentos fundamentales que “La libertad de prensa es un elemento central del derecho más amplio a la libertad de expresión. La prensa (en sus varias plataformas) juega un papel sustantivo al informar de forma contextualizada sobre los temas relevantes para todos los ciudadanos y ciudadanas, al agendar en debate público, las cuestiones centrales para el desarrollo y la democracia, al actuar como ‘perro-guardián’ de los gobiernos y otros actores”.

Así que de perros a perros ¿Cuál es el que ladra y no muerde, señor Cisneros?

No entender, ¿verdad?

Bueno, una más llana para nuestro letrado agrónomo.

Uno de los mecanismos más directos que amenazan la libertad de prensa es la censura previa que consiste en prohibir la difusión de determinados contenidos por decisión de censores oficiales, es decir, funcionarios designados por el Estado para ejercer control sobre la naturaleza de los contenidos que los medios difunden al público”.

¿Ese es el papel que usted pretende?

¿El de censurarnos, intimidarnos, ponernos contra la pared, negarnos relación comercial alguna, exhibir a su gobernador como intolerante, como represor de medios y dar cuerda a mandos medios y grupos criminales –también a sus chairos- para que se sumen a la cascada de agresiones y asesinatos de periodistas?

Hay una frase de Manuel Buendía, hombre leyenda del periodismo en el último tercio del siglo XX, asesinado por sicarios del gobierno de Miguel de la Madrid, que me gusta parafrasear a propósito de sus repetidas torpezas señor Eric Cisneros: “Los periodistas somos una especie inextinguible en donde cuando uno cae, cien más se levantan

Así que, amigo Cisneros, haga su parteaguas, nosotros los periodistas de aquí no nos movemos. Observaremos tras nuestras herramientas de trabajo ver pasar su cadáver.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo