Lo que le faltó agregar al señor presidente / Bernardo Gutiérrez Parra

Desde el café

Bernardo Gutiérrez Parra

Este fin de semana durante la visita de cortesía que realizó el presidente Andrés Manuel López Obrador a Minatitlán y Coatzacoalcos, Cuitláhuac García, ese individuo al que un millón 600 mil veracruzanos llevaron a la gubernatura, dijo en su discurso de bienvenida:

“Es falso, y lo digo con toda seriedad, que en Veracruz la situación (de violencia) esté incontrolable. Sí, hay sucesos que lamentamos mucho y que vamos a corregir. Vamos a dar con los culpables de aquellas situaciones que se han dado últimamente; y lo vamos a hacer de manera determinante. Pero no es solamente la contención de la violencia, debemos ir a fondo del problema”.

Esto lo aseguró siete días después de la matanza en Minatitlán perpetrada el viernes 19 con un saldo de 13 muertos, entre ellos un menor de un año. ¿Qué ocurrió en ese lapso de tiempo?

Ocurrieron 25 asesinatos violentos.

A eso hay que agregar que el mismo individuo reconoció que sólo en Minatitlán han cerrado 500 comercios por la inseguridad.

¿Sabes lo que son 500 comercios cerrados, lector? Son al menos mil 500 familias que perdieron sus ingresos y como consecuencia su forma de subsistir.

La situación es más que grave, pero el ingeniero mecánico electricista habilitado como titular del Ejecutivo estatal niega (y lo dice con toda seriedad), que la violencia haya rebasado a su mal llamado gobierno.

Nomás que eso no fue todo; lo trascendente vino al final de su tartamudeante discurso: “Quiero hacer patente mi agradecimiento (al señor presidente, por supuesto) porque el día de mañana aquí en Veracruz, precisamente acá en el sur, se anuncia ya como una realidad, el Crédito Ganadero a la Palabra con la entrega de más de 500 vaquillas tan solo para la zona sur. ¡Esos son los hechos; la realidad! ¡Y con eso, vamos a tranquilizar Veracruz!”.

Y la pitorriza en redes no se hizo esperar.

¿Vamos a utilizar las vaquillas como escudo?, preguntó un cibernauta y otro interrogó: ¿Qué sigue ahora para que llegue la calma? ¿Pollos para Xalapa, gallinas para Pánuco, patos para Tuxpan, guajolotes para Poza Rica?

Si 500 vaquillas fueran la solución para tranquilizar esa parte de la convulsionada entidad, todo Veracruz sería un potrero.

Está más que probado que los programas asistenciales acaso son un paliativo, pero no la solución contra la violencia. La paz no volverá con abrazos, buenas intenciones ni con discursos.

Para colmo, siempre no será en seis meses cuando disminuya la inseguridad como lo prometió el presidente. El Secretario de Seguridad Pública Federal Alfonso Durazo, dijo a los senadores que habrá niveles “razonables” de paz hasta dentro de tres años y será hasta el 2024 cuando el país recupere la estabilidad en ese renglón.

El problema es que este anuncio tampoco es confiable. En marzo, el mismo Durazo dijo que se necesitarán 360 mil policías y un plazo de 100 años para acabar con la inseguridad.

¿A quién le hacemos caso cuando el propio titular de Seguridad se contradice solo?

Lo cierto es que todo se está haciendo de buena fe pero al trancazo, sin un plan definido… y así no son las cosas.

Atrás del presidente llegó la Guardia Nacional a sur de Veracruz y los delincuentes les dieron la bienvenida acribillando a una persona en el malecón de Coatzacoalcos. Además, un camión de la línea ADO que circulaba sobre la carretera Mina-Coatza fue asaltado y sus pasajeros despojados de sus pertenencias.

Con todo, nadie duda que aún a riesgo de sus vidas los elementos de la GN harán su parte y qué bueno que ya llegaron.

Pero ¿qué con los ineptos que nos tocaron como gobernantes?

Híjole, en ese sentido las cosas al parecer no tienen remedio.

Como colofón a su visita, los veracruzanos “conservadores” volvieron a tragar sapos al escuchar con pasmo el discurso de despedida de AMLO.

“Ayer decía, y quiero subrayarlo, ya ven que soy terco y cuando veo que algo se omite lo vuelvo a decir, y lo vuelvo a decir y parezco disco rayado. Aquí en Veracruz tenemos una gran ventaja, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García es un hombre honesto y limpio, y eso es una ventaja muy importante. Eso hace la diferencia. Subrayo, puntualizo, reitero: lo importante en Veracruz es que el gobernador Cuitláhuac García, es un hombre honesto y de buenos sentimientos…” dijo el presidente.

Quizá le faltó agregar: “Suertudos; es para que le den gracias a Dios de día y de noche”.

bernardogup@hotmail.com