Conmemoración del 4º. Aniversario luctuoso de Guillermo Héctor Zúñiga Martínez

Al conmemorarse el cuarto aniversario del fallecimiento del pedagogo social y maestro por convicción, Guillermo Héctor Zúñiga Martínez, familiares, amigos y ex colaboradores le rindieron un homenaje ante el monumento erigido en su memoria y en donde se recordó su tarea en la función pública, partidista y su labor como educador e impulsor de varios subsistemas educativos.

 

El ex presidente municipal Américo Zúñiga Martínez destacó que la muerte llega cuando se olvida al ser querido y un hombre que forjó con todo su entusiasmo y amor a una gran familia, así como grandes instituciones, jamás podrá ser olvidado y jamás podrá morir, por lo que el querido profe Zúñiga siempre vivirá.

 

Acompañado de su madre, su hermana, su esposa e hijos, el ex munícipe agradeció a nombre de su familia, de amigos y ex colaboradores de su padre, por la realización de un pequeño pero significativo homenaje en el que se depositó una ofrenda floral ante la estatua del maestro, político y gran veracruzano.

 

Por su parte, Omar Pensado Díaz, director del Centro de Investigación Atmosférica y Ecológica señaló que el homenajeado fue un constructor de múltiples instituciones educativas que hoy dan forma a un Veracruz moderno, de un inmenso sentido liberal pero también humano.

 

Señaló que el maestro Zúñiga era un hombre culto, sensato, que sabía la realidad y la palpaba y como hombre se preocupaba por sus semejantes y por ello sabía que era a través del estudio como se podía transformar a la sociedad para que los individuos cambiaran a sus comunidades.

 

Recordó el momento en que surgió en su mente la idea de llevar estudios universitarios a los lugares en donde más necesidad tenían las personas de formarse para salir adelante, por lo que no fue solo una persona que ocupaba un cargo público, sino que transformaba el cargo, lo que aunado a su humanismo y su capacidad intelectual, generaba una simbiosis que lograba cambiar vidas al compartir sus enseñanzas.

 

Señaló que siempre fue un hombre y funcionario abierto que siempre tenía las puertas de sus oficinas abiertas a todos para atender las necesidades de sus paisanos porque solo sabía ser un buen funcionario y gran amigo que siempre tendió la mano y su protección a quien lo necesitara.

 

Recordó su don de gentes, su sencillez al conversar con los habitantes de los lugares a donde acudía como parte de las funciones que desempeñó; fue un hombre, dijo, que desarrolló su apostolado educativo en bien de los demás.

 

Finalizó al mencionar que en la actualidad hacen falta hombres como él, que sean transformadores sociales para promover los cambios necesarios, por lo que agradeció al homenajeado el darle a Veracruz un modelo educativo universitario basado en la pedagogía social y el conocimiento autónomo, lo que le convirtió en un gran impulsor de la educación superior.