Inquieta ese Decreto de Reservas de Agua, que no es claro, recién publicado en el Diario Oficial de la Federación y que actores políticos contrarios al partido que gobierna la República, han advertido que es un primer paso hacia la privatización del agua, cuestión negada por las autoridades de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y quien, a su vez, atribuye esas críticas a los actuales tiempos electorales. Sin embargo, habría que esperar una respuesta amplia, detallada y satisfactoria del gobierno de la República y no una respuesta tan limitada como la que acaba de ofrecer el director del organismo rector del ramo, Roberto Ramírez de la Parra, en una videoconferencia aduciendo que no puede expresarse con amplitud “para no violar la ley electoral” lo que, en cambio, puede interpretarse como una forma de zafarse de un hecho que no puede explicar con suficiente claridad. Para el común de los ciudadanos, no dice nada eso de que “el gobierno de la República no presentará iniciativas de una Ley General de Aguas para privatizar el líquido y tampoco se privatiza por medio de la emisión de estos Decretos de Reservas de Agua”.
Lo que preocupa es el alcance de esa decisión presidencial que, de acuerdo a los señalamientos críticos “facilitaría la concesión del agua a particulares, lo mismo que a los macroproyectos industriales”, en particular en la zona norte de la entidad, sobre lo cual hay testimonios de la intención de empresas internacionales para construir magnas obras en el río Pánuco para derivar y almacenar agua que se ofrecería, desde luego que con costo de por medio, a las grandes urbes que lo requieren ahora y a futuro, como son la ciudad de México y Monterrey. En tiempos del gobierno que encabezó Fidel Herrera Beltrán se sabía del interés de la empresa Odebrecht de Brasil, tan cuestionada en el mundo, para emprender esas obras que no llegaron a concretarse, pero sí logró esa empresa una sospechosa adjudicación de un contrato para operar y distribuir el agua potable en los municipios de Veracruz y Medellín, la empresa Grupo MAS, cuyo funcionamiento no ha mejorado el servicio que se presta a la población ni tampoco ha realizado las inversiones multimillonarias para ampliar redes, reparación y perforación de nuevos pozos y otras obras completantarias.
El asunto, se insiste, inquieta, y mientras no se transparente y explique los alcalnces de ese decreto, debe darse marcha atrás si no se quiere que ese sea el último clavo al ataúd de un gobierno que ha logrado el mayor índice de rechazo popular y por lo cual mantiene en el peor escenario al candidato del PRI, José Antonio Meade Kuribreña. Ese decreto incluiría a las cuencas de Actopan, La Antigua, Jamapa, Cotaxtla, Jamapa-Cotaxtla, Tesechoacán, San Juan, Papaloapan, Coatzacoalcos, Uxpanapa, Huazuntlán y otros, en total a 24 de 31 que se localizan en el estado de Veracruz.
SE LES ACABA EL PLAZO A LOS CANDIDATOS
+++Ni un día que perder en ésta, la última semana de campaña de todos los candidatos a cargos de elección popular en su trabajo proselitista, sobre todo en estrategias y movilización de sus estructuras. Cada abanderado tiene ya conocimiento del que lleva la delantera, sea a presidente, gobernador, senadores, diputados federales y locales, pero la lucha van mantenerla para lograr el mayor número de votos posibles, y en una de esas hasta dar la sorpresa con un triunfo. Nunca se sabe qué pueda pasar en una elección, con votos tan voluntariosos como ahora resultan. Lo que no debe perderse de vista es que, al final, la mejor encuesta no es la que elaboran las empresas especializadas, sino la que se refleja en las urnas; no hay fórmula mágica, ya se sabe que lo que hace la diferencia es el trabajo intenso, de contacto directo, empatía y convenciendo a cada ciudadano de las propuestas que traen, aunque muchos tengan la idea de que la marca va a decidir la elección. Esta jornada electoral aún tiene tela para cortar, y esto se observará en los próximos días cuando abierta o subrepticiamente comience ese trabajo que para los partidos y candidatos suele resultar efectivo, desde mover a sus seguidores para convencer a los electores, hasta cuidar los topes de campaña y capacitar a quienes serán sus representantes en casillas para defender cada voto que los favorezca y evitar, como ocurre alguna veces, perder la elección en la mesa. Habrá que esperar programas.
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