El sistema veracruzano anticorrupción /Luis Alberto Romero / Analisis

El sistema veracruzano anticorrupción
Aunque hay avances en la materia, como la designación del Comité de Selección del Sistema Estatal Anticorrupción, en Veracruz, el tema de la designación del fiscal se ha pospuesto y no existe claridad ni certeza sobre la fecha y el rumbo que habrá de tomar ese asunto en la Legislatura del Estado.
El avance hasta el momento, al menos el más reciente, es la incorporación de Clara Haydee Cruz Balbuena, Juan José Sierra Álvarez, Carlos Antonio Vázquez Azuara, Víctor Manuel Andrade Guevara, Luis López Constantino, Ruy Rodríguez Garrabón Hernández, David Quintano Díaz, Carlos Rafael Fernández Cabrera y Carlos Arturo Luna Gómez en dicha Comisión de Selección.
Sin embargo, ante la opinión pública, la designación del fiscal (al que se le ha dado de forma comprensible más relevancia que el propio Comité de Participación Ciudadana) sigue como el gran pendiente en la lucha contra la corrupción en la entidad.
En el Congreso del Estado simplemente no hay acuerdos ni consensos y las señales son encontradas: mientras algunos legisladores han puesto fecha tentativa, como Bingen Rementería del Puerto, quien declaró que el asunto podría quedar resuelto antes de las elecciones, otros diputados optan por la cautela y prefieren no aportar fechas y plazos.
Mientras tanto, siguen las presiones de grupos políticos y sociales; el diputado federal del Partido Encuentro Social, Gonzalo Guízar Valladares, convertido en promotor de la campaña de López Obrador en el sur de la entidad, urgió al Congreso a resolver el tema de manera urgente; es decir, antes de las elecciones.
Lo cierto es que al margen del tiempo que se tomen los legisladores, los integrantes del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción y los miembros de la Comisión de Selección en hacer su trabajo, lo deseable es que el próximo fiscal sea seleccionado con cuidado y dejando a un lado los intereses políticos, partidistas y de grupos.
El peor escenario posible no es el retraso en la selección del fiscal, sino una mala decisión, porque ello generaría suspicacias sobre la actuación de quien sea nombrado para tal efecto.
Por años, los sistemas estatales de auditoría, fiscalización y contraloría estatal no sólo no han despertado confianza entre los ciudadanos, tampoco han contribuido a resolver un enorme problema de descrédito y desprestigio.
Durante los 12 años en que gobernaron Fidel Herrera y Javier Duarte, con un breve lapso de Flavino Ríos Alvarado como interino, por ejemplo, el Órgano de Fiscalización Superior del Estado (Orfis) avaló todas las cuentas del Ejecutivo en turno; en tanto que los diputados de las pasadas cuatro legislaturas locales —salvo algunas excepciones— limitaron su trabajo, en los temas de la fiscalización y revisión de las cuentas, a levantar la mano para aprobar absolutamente todo lo que se ordenaba desde Casa Veracruz.
No sería una mala idea, por cierto, revisar tanto la actuación como el sentido del voto de los anteriores diputados, en las revisiones de las cuentas públicas.
EL RETRASO EN EL NOMBRAMIENTO DEL FISCAL
El caso es que hoy los integrantes del Poder Legislativo del Estado están ante la oportunidad de pasar a la historia veracruzana como los primeros diputados en hacer realmente algo para resolver dos problemas que más han causado daño a Veracruz: la corrupción y la impunidad; de tal manera que más que el tiempo y las fechas, lo importante será ver el cuidado en la selección, la capacidad y el profesionalismo, el nivel de independencia y, por tanto, el margen de maniobra del próximo fiscal; ése es el punto medular y no si se decide el nombramiento en un día, en una semana, en un mes o en dos.
@luisromero85