• Actores de A La Plancha presentan La última boqueá, en el Festival de Teatro La Libertad.

 

Xalapa, Ver., 01 de mayo de 2017.- “¡Hay que vivir la vida!”, gritó el grupo de teatro español A La Plancha, con su obra La última boqueá, presentada dentro del Festival de Teatro La Libertad organizado por el dramaturgo Abraham Oceransky en el tablado de Ignacio de la Llave 105.

 

En dos únicas presentaciones las noches del sábado 29 y domingo 30 de abril, María Díaz, Selu Nieto y Manuel Ollero “Piñata”, dieron todo de sí ante un público que se quedó cautivado con la historia de cuatro náufragos en una isla, tres vivos y uno muerto, que miraban el horizonte como un reto y gritaban ¡hay que vivir la vida, porque esta isla se está hundiendo, el mar nos está comiendo!

 

Con el tema musical La Alegría de vivir, de Sevilla Eterna, los tres actores presentaron lo que ellos mismos han calificado como una “comedia de velatorio”, un periplo por los problemas de la vida cotidiana, la muerte de uno de sus compañeros y la suerte de la vida, envuelta en tristezas, alegrías, fracasos y alcohol.

 

“Eres capaz de sentir el aroma de las flores. Al ver a un niño reír, contagiarte de ilusiones. Tienes suerte, tienes suerte porque tú, podrás siempre ser feliz, porque tienes en tu alma la alegría de vivir”, se escuchó en el espacio sonoro que controló Ignacio Román.

 

Construida en tres actos, con una simbología cíclica evidente, los tres actores rinden honores a Samuel, su amigo muerto y a quien su mujer, esposa o amante se niega a enterrar, no porque le duela su ausencia, sino por venganza y para que su cuerpo se lo coman las gaviotas.

 

Al muerto, a quien seguirán recordando para que no se vaya nunca, se le recuerda con frases como “El horizonte es para los peces que nadan contracorriente” y “hay que vivir la vida”, mientras la mujer, ebria de alcohol y de dolor, confiesa que lleva un hijo de Samuel en sus entrañas, que será igual que su padre.

 

En los diálogos, los actores afirman que el mar es inestable y la tierra firme, que uno al final es lo que quiere ser o que uno es lo que ha nacido, irse es un verbo reflexivo y estar en el fondo es estar solo contigo mismo, boqueando, siempre solo, por eso hay que disfrutar del momento que esto no lo vamos a vivir más veces.

 

 

La comedia, que lleva del dolor a una euforia hilarante, está sazonada con picardía, erotismo, humor descarnado y con las canciones La alegría de vivir, de Sevilla Eterna; Las Criaturas, de Silvio y Sacramento y Pasan Los Campanilleros, de la Banda de música del Maestro Tejera.

 

En charla con el público, los actores contaron la historia de la obra, las dificultades para llevarla a escena y las satisfacciones que les ha dado como actores. El dramaturgo Abraham Oceransky dijo que escogió a Teatro A La Plancha, porque su obra le tocó el corazón. “Nos costó mucho traerlos a Xalapa, todos nuestros ahorros, pero valió la pena, porque en Teatro La Libertad escogemos calidad y actores y obras que lleguen al corazón de la gente”.