• El Sol de Orizaba
• Viernes 28 de abril de 2017
• en Veracruz

Tequila, Ver. (OEM-Informex).- Durante los gobiernos de Fidel Herrera y Javier Duarte, Veracruz se volvió escenario de la desaparición de cientos de personas a manos del crimen organizado, todo esto solapado por el silencio de la Iglesia Católica, aseguró el padre Alejandro Solalinde Guerra, durante su visita a la Universidad Intercultural de Tequila.
“Veracruz ha sido condenado por los gobiernos corruptos, criminales, delincuentes, a la inseguridad, porque la inseguridad para ellos es su negocio, generan inseguridad y venden seguridad”, dijo Solalinde Guerra.
Durante la presentación de su libro “El reino de Dios. Replanteamiento radical de la vida”, el sacerdote aseguro que lo últimos dos exgobernadores de Veracruz fueron muy hipócritas, “se presentaron como muy católicos, ayudaron a algunos obispos y finalmente ahora los obispos no pueden negar que estos dos benefactores, que estos dos católicos, son personas delincuentes, porque ya median órdenes de aprehensión y averiguaciones abiertas contra ellos”.
Agregó que no es justo que en su propia tierra, los habitantes no estén seguros y que es una pena que las jovencitas se tengan que estar cuidando porque se las roban para la trata de blancas, y quienes realizan estas fechorías son policías y son agentes del Estado y federales.
El eclesiástico solicito a los actores religiosos que una vez que reconozcan sus errores se deslinden de la mano de los gobernantes, “deben caminar con su pueblo abajo y afuera, sobre todo con los pueblos originarios, porque han resistido 500 años y conservan su riqueza en cultura y valores, amor y respeto a la tierra, lo que los hace capaces de salvar al mundo y refundar al país, por ello debemos pensar en la refundación de México incluyendo a los pueblos originarios, porque son ellos la mejor reserva, cultural, humana y espiritual de México”.
El sacerdote inició una visita de dos días por lo que el día de mañana estará en la USBI de Ixtaczoquitlán y participarán en una marcha con familiares de desaparecidos, para también reunirse con representantes y activistas de organizaciones defensoras de derechos humanos.