Xalapa sin duda esta ligada al cerro Macuiltépec. Los xalapeños están ligados al cerro Macuiltépec. Cuando se fundó Xalapa, los árboles, los matojos, las laderas, las hondonadas, los terraplenes y la rica flora, ya eran parte del entorno. Serpientes, tlacuaches, aguilillas, quebrantahuesos, y toda la fauna, ya estaba ahí esperando dar su cariño a los habitantes del manantial en la arena. Por eso es que el cerro Macuiltépec forma parte de la vida y la salud “oxigénica” de Xalapa. En algún momento el cerro Macuiltépec estuvo en peligro de ser devorado por el cemento y el caserío anárquico. El punto del cerro que voltea hacia la estación nueva de trenes, ya tenía en sus faldas algunas casas que poco a poco habían escalado la todavía verde vegetación. Y fue don Rafael Hernández Ochoa, gobernador de Veracruz en ese entonces, hombre por demás con sangre ecologista, quien tomó la decisión de rescatar ese pulmón natural de Xalapa. Funda el gobernador una Dirección de Asuntos Ecológicos, auspiciada con la brillante cabeza de don Arturo Gómez Pompa, que si de algo sabe don Arturo es de diversos temas avanzados sobre recursos naturales. La primera directora de Asuntos Ecológicos fue la apreciable arquitecta María de los Ángeles Frutis Díaz-Conti. Gela estaba llena de planes y programas que podría desarrollar con toda la fuerza del estado, y así fue. El proyecto del cerro Macuiltépec nace puro, cuidado, pensado, respaldado con personas bien intencionadas. Se tomaron fotografías del lugar, se hicieron planos, especificaciones de cómo estaba el cerro Macuiltépec en esos momentos. Después vinieron ideas, discusiones, propuestas, y defensas acaloradas exponiendo razones. Hubo puntos que se aprobaron de inmediato: limitar el área del cerro, desalojar el caserío y regular, cercar la base de la vita-pista, limpiar la zona, fortalecer el museo natural que ya se encontraba, remodelar la pirámide colocada como vigía en el vértice de lo más alto del cerro. Oímos decir a don Rafael cosas tan importantes que sirvieron como banderazo de partida, dijo: en el cerro, como en el jardín Lecuona de Banderilla, contiene la diversidad de especies de plantas que hay en todo el Estado de Veracruz, no siembren nada, respeten la flora como está construida por la propia naturaleza. Estuvieron ligados al proyecto del cerro Macuiltépec: don Rafael Hernández Ochoa, gobernador de Veracruz; Teresita Peñafiel de Hernández Ochoa; Arturo Gómez Pompa, Director del INIREB; Gela Frutis, Directora de Asuntos Ecológicos; Polo Cano, coordinador técnico del proyecto; José Luis Melgarejo Vivanco, por parte del Instituto de Antropología; Bernardo Silva Martínez, Director de Comunicaciones; Rafael Murillo Pérez, Tesorero General del Estado; Mario Fernández de la Garza, por parte de la Universidad Veracruzana; Francisco López Lara, Director de Patrimonio del Estado; Carlos Padilla Becerra, Presidente Municipal de Xalapa; colaboraron también con sus aportaciones: Roberto Williams, Carlos Lascurain, Celso Hernández Aponte, José Luis Aceves Rubio. A quienes fueron desalojados del cerro Macuiltépec se les ubicó en la naciente Colonia Revolución. Durante la reubicación se presentó una viejecita con un papel de estraza en la mano. Dijo la señora ser doña Epitafia Salazar García. Cuando el ingeniero Alfonso Jareda Palma, extendió el papel que le dio doña Epitafia, exclamó: ¡No puede ser! El texto, ológrafo, decía: recibí de la señora Epitafia Salazar la cantidad de tres mil pesos por la venta de la pirámide del cerro, misma que entregaré en su oportunidad. Total a doña Epitafia, anciana, sola, sin familia, se le obsequió un terreno y los vecinos le construyeron un cuarto. Algún día pagaremos todo lo que le hemos hecho al planeta, expresó don Rafael Hernández Ochoa, después de inaugurado el proyecto. Gracias Zazil. Doy fe.